domingo, 31 de marzo de 2013

DOMINGO DE RESURRECCION


Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla y,
 muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?
A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
Amen.

viernes, 29 de marzo de 2013

VIERNES SANTO


En la cruz está el Señor de cielo y tierra,
y el gozar de mucha paz,
aunque haya guerra;
todos los males destierra en este suelo,
y ella sola es el camino para el cielo.

Es una oliva preciosa la santa cruz,
que, con su aceite nos unta
y nos da luz.
Hermano, toma la cruz,
con gran consuelo,
que ella sola es el camino para el cielo.

El alma que a Dios está toda rendida,
y muy de veras del mundo desasida,
la cruz le es árbol de vida
y de consuelo,
y un camino deleitoso para el cielo.

Después que se puso en cruz el Salvador,
en la cruz está la gloria y el amor,
y en el padecer dolor vida y consuelo,


En la cruz está la vida y el consuelo
y ella sola es el camino para el cielo.
Amen.
 

jueves, 28 de marzo de 2013

JUEVES SANTO



Veneremos, pues, inclinados
tan grande Sacramento;
y la antigua figura ceda el puesto
al nuevo rito;
la fe supla
la incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo
sean dadas alabanza y júbilo,
salud, honor, poder y bendición;
una gloria igual sea dada
al que del uno y del otro procede.
Amén.

domingo, 24 de marzo de 2013

DOMINGO DE RAMOS



El pueblo que fue cautivo
y que tu mano libera
no encuentra mayor palmera
ni abunda en mejor olivo. 

Viene con aire festivo
para enramar tu victoria, 
y no te ha visto en su historia.
Dios de Israel, más cercano:
ni tu poder más a mano
ni más humilde tu gloria. 

¡Gloria, alabanza y honor!
Gritad: "¡Hosanna!", y haceos
como los niños hebreos
al paso del Redentor,
¡Gloria y honor
al que viene en el nombre de Señor! 


Amén.

domingo, 17 de marzo de 2013

Quinto Domingo de Cuaresma


Evangelio según San Juan 8,1-11.

Jesús fue al monte de los Olivos.
Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.
Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos,
dijeron a Jesús: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?".
Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.
Como insistían, se enderezó y les dijo: "El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra".
E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí,
e incorporándose, le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?".
Ella le respondió: "Nadie, Señor". "Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante".




Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.

Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.

Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.

Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.

miércoles, 13 de marzo de 2013

¡HABEMUS PAPAM!

Tu es Petrus,
et hanc super Petram aedificabo Ecclesiam meam.

et portae inferi non praevalebunt adversus eam,

et tibi dabo claves regni coelorum.



FRANCISCO I

domingo, 10 de marzo de 2013

Cuarto Domingo de Cuaresma


Evangelio según San Lucas 15,1-3.11-32. 

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola:  "Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de herencia que me corresponde'. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida libertina. Ya había gastado todo, cuando sobrevino la miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.
Entonces se puso al servicio de uno de los señores de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros'. Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
El joven le dijo: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo'.
Pero el padre dijo a sus servidores: 'Traed enseguida la mejor ropa y vestidlo, ponedle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traed el ternero engordado y mátadlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'. Y comenzó la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso. El le respondió: 'Tu hermano ha regresado, y tu padre ha hecho matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'. El enfureció y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!'. Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado”

 
 
Nació en el alto cielo una parábola
y fue enviado el Hijo a proclamarla:
que había un pobre lleno de pecados
y había un Padre pródigo de gracia.

Durmiendo en la dehesa entre animales,
sin dulce compañía que le amara;
sin paz ni pan, con rostro de cautivo,
el pobre que sufría era mi alma.

¡Qué envidia de vosotros, jornaleros!,
decía con palabras que sangraban:
¡Señor, pequé, perdona mi locura,
que pueda ser un siervo de tu casa!

Y había un padre fiel, ¡oh Padre bueno!,
que en casa para mí tenía un arca;
la túnica preciosa y el anillo
el Padre estremecido me guardaba.

De abrazos y de besos fue el encuentro,
de mesa llena, músicos y danzas.
¡Oh Dios que todo sabes, tú conoces,
tú solo, mi pecado y tus entrañas!

¡A ti la gratitud, Jesús paciente,
que el gran amor del Padre nos contabas,
a ti la bendición porque muriendo
has dicho lo que el Padre nos amaba! Amén
.

domingo, 3 de marzo de 2013

Tercer Domingo de Cuaresma

Evangelio según San Lucas 13,1-9.

En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilatos mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El les respondió: "¿Creéis que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Os aseguro que no, y si vosotros no os convertís, acabaréis de la misma manera. ¿O creéis que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os aseguro que no, y si vosotros no os convertís, todos acabaréis de la misma manera". Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: 'Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no lo encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?'. Pero él respondió: 'Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé fruto en adelante. Si no, la cortarás'´.


¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Dios como un almendro
con la flor despierta;
Dios que nunca duerme
busca quien no duerma,
y entre las diez vírgenes
sólo hay cinco en vela.

¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Gallos vigilantes
que la noche alertan.
Quien negó tres veces
otras tres confiesa,
y pregona el llanto
lo que el miedo niega.

¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Muerto le bajaban
a la tumba nueva.
Nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos,
piedra contra piedra.

¿Qué ves en la noche,
dinos, centinela?
Vi los cielos nuevos
y la tierra nueva.
Cristo entre los vivos
y la muerte muerta.
Dios en las criaturas,
¡y eran todas buenas!