martes, 7 de enero de 2014

El primer siete de 2014

V. El Ángel del Señor anunció a María. 
R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. 
Dios te salve, María, Llena eres de...

V. He aquí la Esclava del Señor. 
R. Hágase en mí según tu palabra. 
Dios te salve, María, Llena eres de...

V. Y el Verbo se hizo carne. 
R. Y habitó entre nosotros. 
Dios te salve, María, Llena eres de...

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.


Oremos: 
Derramad, Señor, Vuestra Gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de Vuestro Hijo, para que lleguemos, por su Pasión y su Cruz, a la Gloria de la Resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.



Lucero del alba,
aurora estremecida,
luz de mi alma,
Santa María.

Hija del Padre,
doncella en gracia concebida,
virgen y madre,
Santa María.

Flor del Espíritu,
ave, blancura, caricia,
madre del Hijo,
Santa María.

Llena de ternura,
bendita entre las benditas,
madre de todos los hombres,
Santa María.
Amén.



lunes, 6 de enero de 2014

Rey que Reyes adoran




Estrella nunca vista se aparece
a los remotos magos orientales,
y, al juzgar de los fuegos celestiales,
otra lumbre mayor los esclarece.

Nacido sacro Rey se les ofrece,
con nuevas maravillas y señales,
para que reverentes y leales
la obediencia le den como merece.

Parten llevados de la luz y el fuego,
del fuego de su amor; luz que los guía
con claridad ardiente y soberana.

Subió al trono de Dios el pío ruego,
y, llenos de firmísima alegría,
vieron la luz de Dios por nube humana.

Gloria y loores por la eternidad
tribútense a la Santa Trinidad. 

Amén.

miércoles, 1 de enero de 2014

¡Feliz Año 2014!


Reina del libro de la vieja alianza:
tu nombre es el versículo primero
de consuelo, promesa y esperanza.

Doncella que en tu vientre a Dios tendrías:
se estremece de júbilo tu nombre
en los labios quemados de Isaías.

Reina del libro nuevo de la vida:
reinas desde el silencio en cada página,
oh reina silenciosa y escondida,

y es tu presencia la del tallo leve
que, al reventar el lirio, se recata
debajo de los pétalos de nieve.

Reina del claro mes de los renuevos,
de la infancia del mundo y de la tierra,
y de la luz y de los nidos nuevos,

y Reina nuestra; Reina de las manos,
con sangre y con estrellas, de tu Hijo,
con flores y dolor, de sus hermanos.

Los ángeles te aclaman soberana,
pero mil veces más eres, Señora,
sangre y dolor de nuestra raza humana. 
Amén.


¡Viva Cristo Dios y Hombre verdadero!
¡Viva la Virgen del Rosario!
¡Viva la Co-Patrona de Granada!
¡Viva la Patrona del Realejo!
¡Viva la Vencedora de Lepanto!
¡Viva la Capitán General de la Armada!
¡Viva la Reina de Santo Domingo!
¡Viva el 7 de Octubre!
¡Viva la Madre de Dios!