En esta atmosfera de
angustia y desesperación Granada busco cobijo bajo el manto de aquella
Capitana, que un día venció contra la infiel
adversidad en las más hostiles circunstancias y dio Gloria a las gestas
heroicas de nuestra Armada y nuestro Imperio.
“Acudieron
a Dios los granadinos suplicándole que se sirviese aplacar su ira y conceder la
salud a Granada. Hiciéronle públicamente muchas rogativas, sin distinción de
sexos, ni de personas. Apenas hubo personas de ambos estados, que no dirigiese
a Dios sus afligidos ruegos. Esmerándose más las Religiones y Cofradías, en cuyos
individuos se vieron asombrosas penitencias. La referida Comunidad, junta con
la dicha Venerable Archicofradía, clamaron a esta Santa Imagen, y la expusieron
en el Altar Mayor en el lado del Evangelio, para que brindados de su más
cercana presencia los tristes vecinos de Granada, le hiciesen publica rogativa,
en forma de una muy devota Novena. Comenzase esta el día 26 de junio del mismo
año, y luego se vio en medio de la frente, entre las dos cejas de la Santa
Imagen, una luz en la misma forma, que hacían sus brillos mas especiales; pues
se observaba, que de asemejándose a los que muestra en las nubes el Arco Iris.
Admiro a todos este prodigio, y a su novedad conmovió el pueblo, acudiendo sus
vecinos a la Iglesia de Santo Domingo a ver este phenomeno tan desusado, y
extraordinario. Conocióle, que aquello fue pronostico, ú señal de la salud, que
esta ciudad logró por después, porque desde aquel tiempo fue logrando la salud
del pueblo granadino, siendo menos los enfermos y publicándose la salud el 6 de
octubre del mismo año, uno de los días de la octava del Santísimo Rosario de
esta Señora.” (Fray Antonio de La
Chica Benavides, Papel XXVI de octubre
de 1764 de su “Gacetilla Curiosa o
Semanero Granadino, noticioso y útil para el bien común”)
Y desde que el
Ultimo Reino fuera fiel testigo de aquel singular prodigio, la urbe entera
quedo en deuda con tan Alta Enfermera. Desde aquel año de gracia, Granada, con
su corporación municipal a la cabeza, acude cada 11 de Octubre, víspera de Vuestra
Gloriosa procesión por las calles de la Cuidad, a renovar el Voto perpetuo que
realizo, en gratitud por la salud devuelta. Deuda que ha llegado a nuestro presente y se hace manifiesta día a día
en infinitas muestras del arraigado fervor popular. Amor que Granada palpa
desde hace siglos, tal y como recogen
sus anales.
“Roba
los corazones de todos, es el asilo de la ciudad entera y los granadinos la
miran siempre como a madre de misericordia y abogada segura”
(Cronista Paramo, hacia 1720)
(Cronista Paramo, hacia 1720)