Presentación de Nuestra Señora: 21 de Noviembre

¡Salve Reina y Madre del Santo Rosario, porque ya desde Vuestra Divina infancia Supisteis servir a Dios, para el que Fuisteis creada y del que Fuisteis custodia Inmaculada! Dichosos somos, y cada día más los rosaristas, porque hemos sido premiados con la gracia de beber, todos los días de nuestra terrenal existencia, de Vuestra sabiduría.

El día que hoy amanece, en el que el sol despunta con un brillo singular, Vos nos habéis dado grata lección de humildad, al permitirnos recordar el día que en el Templo de Jerusalén Fuisteis presentada. Al subir aquella escalinata sin mirar atrás, Impartisteis a la Humanidad, Señora, el mayor ejemplo de humildad que hasta entonces ha presenciado la vetusta Creación. Lección acogida por tantos rosaristas que han seguido y que siguen Vuestros pasos en la entrega al Creador de la vida, del que Vos sois Celestial Santuario.

Infunde en nosotros Regia Vencedora, esa humildad que orla la Soberana Gracia que os distingue del resto de los mortales. Que sea a través del mejor de Vuestros regalos para con nosotros, el Santo Rosario, con el que cada día hallamos el Misterio de nuestra Salvación y de la que sois intermediaria junto al Divino Redentor,  el medio para alcanzar segura credencial en la Galera Gloriosa anunciada por Dios Nuestro Señor.

¡Bienaventurada Seáis por siempre, Insigne Rosa de los vientos, porque Vos en solitario sin comparación alguna, desde Vuestra Purísima infancia agradasteis al Altísimo, haciendo cumplir la promesa, que al Mismo hicieron Vuestros Santos padres Joaquín y Ana!

¡VIVA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO CORONADA!

¡VIVA LA CO-PATRONA DE GRANADA!

¡VIVA LA PATRONA DEL REALEJO!