Oración para todos los días:
San José y Santa María, queremos peregrinar con
vosotros desde vuestra casita de Nazaret a Belén, la casa del pan. Queremos
gozar de vuestra compañía.
Os queremos seguir como enamoradas que caminan buscando vuestras huellas; como
sedientas necesitadas de llegar a la fuente de agua viva que lleváis con
vosotros. La soledad del alma solo se llena con la presencia del que ha de
venir. Vosotros sois los portadores del esperado de las naciones. Cada aurora
nos habla del sol que viene de lo alto. Decidnos: ¿cuánto tardará en brillar su
luz sobre la faz de la Iglesia y sobre nosotros, sus hijos? Que la aurora se
convierta en mediodía. Que nuestra fe se haga visión arrodillada en
Belén.
Se camina cantando; se hace así más llevadero el
camino, más corta la jornada. Cantares de Sión, la hermosa; cantares de
Jerusalén, la visión de paz que anhelamos. Contra todas las formas de falsa
paz, El nos trae la paz verdadera , porque el que va a nacer es Nuestra Paz,
como es nuestra Vida, nuestra Luz, nuestra Verdad. Y ¿quién nos apartará de Él,
del amor de Cristo? “¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el
hambre?, ¿los peligros?” Como el Apóstol estamos seguras “de que ni la muerte
ni la vida, ni criatura alguna podrá separarnos del Amor de Dios manifestado en
Cristo Jesús, Señor Nuestro”
Ant.- Oh Renuevo del Tronco de
Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos,
ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las
naciones, ven a librarnos, no tardes más.
V/ Cielos, enviad vuestro
rocío.
R/ Ábrase la tierra y germine
al Salvador.
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, que la fiesta
ya cercana del Nacimiento de tu
Hijo, nos reconforte en esta vida y nos obtenga
la recompensa eterna. Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
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