Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.(Tesalonicenses 5,16-24).
Virgo parens Christi benedicta,
Deum genuisti: fulgida stella maris,
nos protege, nos tuearis.
Dum tibi solemnes cantant agmina laudes.
Intercede pia pro nobis, Virgo Maria.
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