La luna caduca
y opaca que preside el firmamento, en la alborada que ya se marchita, cumple la cita, a la que hace cinco siglos ya, acude
día tras día. Estrena la jornada naciente, acudiendo al
despertar de la Ciudad, a la que le gusta alardear, “haber nacido con corona en la frente”.
No puede contener el llanto ante tan
nostálgica escena y con lagrimas de roció,
baña la luna la tierra. Abre sus ojos al
día, la niña de ciprés y agua, al calor de un Santo Regazo por el que el tiempo
no pasa, desde que en aquel Crepúsculo Luminoso, en Belén de Galilea, al Salvador acunara. Y se clavan sus ojos en los
Ojos, que iluminan sus días y son en su existir: el principio y el fin, que
marcan el curso de su vida. Y acto seguido la niña, que a la vez es Ciudad y lleva por nombre GRANADA, entrega su CORONA
, a la MADRE en cuyo regazo todos los días despierta, tras haber velado su
sueño durante la madrugada de tinieblas.
¿Quién ocupara
tu lugar, Granada, para vivir el despertar en los brazos de tan Augusta Reina? Al
ver que solo tú, Granada, tienes tan singular privilegio, el pueblo
granadino arcano y sabio, siguiendo tu
consejo, y atendiendo a la innumerables victorias y prodigios que le narraron
los siglos, determino metamorfosearse en
CORONA. Corona de corazones, corona de recuerdos, corona de victorias,
corona de plegarias, corona de sinceros sentimientos, con la que cada mañana
corona Granada, desde aquel 14 de Mayo esplendido, a la Madre, Patrona y
Capitana del Realejo.
Han pasado ya
54 primaveras, y la Ciudad no se cansa de Coronaros Señora, mañana tras mañana. Y el pueblo
granadino desbordante de gozo, se recrea en la belleza que contempla instante a
instante, pendido de la materia que
Corona tus benditas sienes. No es vuestra Corona de Oro, ni plata, no tiene
perlas ni diamantes; el material que en la Arcadia cincelaron los Ángeles es la
devoción de esta tierra milenaria, por la Madre que día tras día ciega con su
Luz sus mañanas.
¡VIVA LA VIRGEN DEL ROSARIO CORONADA!
¡VIVA EL 14 DE MAYO!
¡VIVA LA COPATRONA DE GRANADA!
¡VIVA LA PATRONA Y CAPITANA DEL REALEJO!
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