V. El Ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María, Llena eres de...
V. He aquí la Esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María, Llena eres de...
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María, Llena eres de...
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Derramad, Señor, Vuestra Gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de Vuestro Hijo, para que lleguemos, por su Pasión y su Cruz, a la Gloria de la Resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
No pueden nuestros ojos un instante
mirar del sol la esplendorosa esfera,
y la pupila enferma ni siquiera
resiste el brillo de su luz radiante;
Mas de ese sol el rayo fulgurante
se refleja en la luna placentera
cuya faz, que tranquila reverbera,
ve de gozo el enfermo palpitante.
Dios es el Sol a quien el ojo humano
no ha visto aún ; el resplandor que envía
del Salvador el rostro soberano;
Y la Luna que llenos de alegría
contemplan el enfermo y el anciano
en medio de las noches, es Maria.
y la pupila enferma ni siquiera
resiste el brillo de su luz radiante;
Mas de ese sol el rayo fulgurante
se refleja en la luna placentera
cuya faz, que tranquila reverbera,
ve de gozo el enfermo palpitante.
Dios es el Sol a quien el ojo humano
no ha visto aún ; el resplandor que envía
del Salvador el rostro soberano;
Y la Luna que llenos de alegría
contemplan el enfermo y el anciano
en medio de las noches, es Maria.
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