domingo, 1 de diciembre de 2013

DOMINGO 1º DE ADVIENTO

 
Hoy comenzamos, Señora, el tiempo de la espera, el tiempo que nos arrastra hasta la venida de la Eterna Caridad, la Luz de entre las tinieblas y el Sol naciente, que albergáis en Vuestras Santas Entrañas desde el anuncio del Ángel.
En estos tiempos que hoy vivimos, en los que la oscuridad y el mal acechan en cada rincón del Mundo, la venida de Su Divina Majestad hecha Carne es la única Luz que no alienta a la esperanza.
Esperamos, humildes y pecadores, recibir de Vuestro Favor la gracia de vivir dignamente la espera del Glorioso Parto que llenara, en los difíciles tiempos que nos han tocado vivir, la sombría humanidad del resplandor de la Salvación.



Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles;
Salve raíz, Salve puerta,
que dio paso a nuestra Luz.

Alégrate, Virgen Gloriosa,
entre todas La más bella;
Salve, Agraciada Doncella,
Ruega a Cristo por nosotros.

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