lunes, 22 de diciembre de 2014

LAS JORNADITAS: día V

Oración para todos los días:

San José y Santa María, queremos peregrinar con vosotros desde vuestra casita de Nazaret a Belén, la casa del pan. Queremos gozar de vuestra compañía. Os queremos seguir como enamoradas que caminan buscando vuestras huellas; como sedientas necesitadas de llegar a la fuente de agua viva que lleváis con vosotros. La soledad del alma solo se llena con la presencia del que ha de venir. Vosotros sois los portadores del esperado de las naciones. Cada aurora nos habla del sol que viene de lo alto. Decidnos: ¿cuánto tardará en brillar su luz sobre la faz de la Iglesia y sobre nosotros, sus hijos? Que la aurora se convierta en mediodía. Que nuestra fe se haga visión arrodillada en Belén.


Según los modernos exegetas,  la tradición que pinta a María y José buscando sitio de posada en posada y que en todas se les niega, no debe ser real. En Oriente se da hospedaje a todo viajero. El Evangelio dice “que no había sitio para ellos en el mesón”. Hoy, con más realismo, se entiende que no había sitio adecuado para dar a luz la Virgen María. En las posadas, y más en aquellos días del censo, se hacinaban bestias, burros, camellos, corderos y hombres. José no huía de la pobreza; pero debió preferir antes que aquella barahúnda, la calma y el silencio del campo para su Esposa y para que naciera el Hijo de Dios.

O Oriens, splendor lucis aeternae, et sol justitiae: veni, et illumina sedentes in tenebris, et umbra mortis.

V/ Cielos, enviad vuestro rocío.
R/ Ábrase la tierra y germine al Salvador.

Oremos:

Señor Dios, que con la venida de tu Hijo has querido redimir al hombre sentenciado a muerte, concede a los que van a adorarlo, hecho niño en Belén, participar de los bienes de su redención. Por Jesucristo Nuestro Señor,
Amén.

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