domingo, 7 de agosto de 2016

El 7 de agosto

V. El Ángel del Señor anunció a María. 
R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. 
Dios te salve, María, Llena eres de...

V. He aquí la Esclava del Señor. 
R. Hágase en mí según tu palabra. 
Dios te salve, María, Llena eres de...

V. Y el Verbo se hizo carne. 
R. Y habitó entre nosotros. 
Dios te salve, María, Llena eres de...

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: 
Derramad, Señor, Vuestra Gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de Vuestro Hijo, para que lleguemos, por su Pasión y su Cruz, a la Gloria de la Resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.


Tú eres la Reina suave y amorosa
como una luna blanca derretida
sobre el alma solemne y recogida
del arrabal : cuna de la GRACIA.
Frescor son tus miradas cristalinas
llovidas a cascadas de ternura
del estío en la frente honesta y dura.
¡Qué bello con su aureola de colinas
duerme en el blando mar de tus entrañas
la plegaria encendida,
de Tu empíreo Realejeño!
Oh, sí, yo volveré, volveré un día,
cuando despide el sol a tus montañas,
y grite partida de alegría,
la Tierra que del infiel fue librada
con las cuentas de un Salterio:
¡Patrona y Capitana no hay más que una!

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